Descubre cómo el Estrés puede Afectar tu Piel

Quizá seas del tipo de personas que no tienen que lidiar con los brotes, o probablemente no has tenido problemas de acné desde la adolescencia. Pero sin importar tu tipo de piel, cuando nos sentimos abrumados por el estrés, físico o emocional, las consecuencias pueden verse reflejadas sobre ella.

¿Sientes que últimamente tu piel no luce tan bien como antes? Si ya has intentado aplicar mascarillas, tomar más agua o mejorar tu alimentación y nada está ayudando, es posible que lo que esté afectando tu piel sea el estrés. En algunas personas, el estrés puede ocasionar que la piel se vea seca o agrietada, que aparezcan brotes o, en casos más extremos, dermatitis, psoriasis o rosácea. Por si fuera poco, también puede causar la aparición de pequeñas líneas de expresión.

¿POR QUÉ EL ESTRÉS CAUSA PROBLEMAS EN LA PIEL?
Hay muchas razones por las cuales tu piel reacciona ante el estrés, pero una de las principales es debido a la hormona cortisol. Cuando estás estresado, tu cuerpo piensa que está bajo un ataque y responde produciendo cortisol.

No hay que preocuparse por esto en un corto plazo, pero con el tiempo, el estrés incrementa el número de glándulas sebáceas en la piel, haciendo que produzca más grasa. A su vez, esto provocará que los poros se obstruyan y tengas complicaciones justo antes del examen final por el que estabas estresado.

Además, el estrés dificulta la recuperación natural de la piel, la producción de colágeno y elastina, causando la aparición de líneas de expresión. Se ha demostrado que la tensión causada por una presentación o entrevista afecta la función de la barrera de la piel, haciéndola vulnerable a agresores como la contaminación o químicos.

¿QUÉ PUEDES HACER?
Afortunadamente, hay algunas cosas que puedes hacer para reducir y revertir los efectos del estrés en tu piel. Primero, trata de encontrar la razón por la que te sientes estresado, por ejemplo, tu trabajo, un problema con un amigo, etc. En algunos casos, puede ser que la causa de estrés no sea evidente.

El estrés es una parte de nuestra vida que no podemos evitar, sin embargo, puedes incorporar prácticas para controlarlo y disminuirlo. Por ejemplo, practica yoga o medita, esto te ayudará a controlar tu respiración y a llevar más oxígeno a las células de tu cuerpo.

Otra buena forma de reducir el estrés es hacer un poco de espacio en tu agenda para dedicar tiempo para ti. Probablemente solo tengas 15 minutos, ¡aprovéchalos al máximo! Regálate un día de spa, prende algunas velas, aplica una mascarilla facial y sumérgete en una ducha que ayude a que tu piel se sienta bien.

Fotografías por: Oriflame, Adobe Stock